En España aquello de tener una vivienda en propiedad ha sido parte de nuestro ADN y sigue siéndolo hoy en día.

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) el 77,5% de los hogares eran de vivienda en propiedad durante el 2016. Es evidente e innegable que a pesar de haber vivido una crisis financiera en la que el “ladrillo” se convirtió en una pesadilla para muchos, disponer de un inmueble en propiedad es aún para la mayoría de las personas un activo muy valioso. No sólo porque representa la posibilidad de poder obtener una rentabilidad a través de su alquiler o con su venta, sino que el propio inmueble nos puede abrir las puertas de un préstamo al que de otra manera quizás no tendríamos acceso.

Préstamos con garantía hipotecaria

Hablamos de aquellas opciones de financiación cuya garantía de pago es el propio inmueble que tenemos en propiedad. Esta es una opción viable incluso con aquellos pisos, casa o locales comerciales que ya estén hipotecados siempre y cuando el capital pendiente del primer préstamo sea asumible con la nueva hipoteca.

Cuando obtener financiación –para cualquier necesidad– se convierte en un verdadero reto, el préstamo con garantía hipotecaria es una alternativa muy interesante a tener en cuenta. Disponer de una vivienda en propiedad da opciones reales de financiación. Si bien hay que tener en cuenta que no es la opción ideal para cantidades pequeñas o para quién no llega recurrentemente a fin de mes, sí que resulta muy útil para importes más elevados, a partir de unos 5.000 € y para situaciones puntuales de falta de liquidez.

La financiación con un inmueble en propiedad como garantía tiene aspectos muy positivos, tales como que no implica la contratación de productos vinculados, a diferencia de lo que suele ocurrir con otros tipos de hipoteca. Además, un punto muy importante para muchos solicitantes es que permite el acceso a la financiación a aquéllas persona que figuran inscritas en registros y listados de impagos. Así, un hecho que habitualmente supone una barrera directa al crédito, en este tipo de financiación no tiene porqué serlo.

La vivienda en propiedad, ya sea un piso, una casa, o también un local comercial, por tanto, abre posibilidades de financiación, incluso para cantidades altas, llegando hasta los 300.000 € con posibilidad de establecer plazos de devolución largos, –hasta 20 años, o bien devolviendo el préstamo de una sola vez cuando se vende la vivienda, pagando bastantes menos intereses.

Financiación responsable

Los préstamos con garantía hipotecaria  requieren de una utilización responsable. Como en cualquier método de financiación, conviene haber valorado muy bien nuestra capacidad de pago presente y prever, en la medida de lo posible, nuestra capacidad de pago futura.

Al igual que con cualquier producto financiero, es imprescindible conocer el funcionamiento del préstamo y ponerse en manos de profesionales expertos que cumplan con todos los requisitos legales y que además se comprometan a trabajar con un código de buenas prácticas. En este sentido, Suitaprest garantiza la transparencia y legalidad de todas sus operaciones y más de 2.000 clientes en España ya han confiado en sus servicios.